El efecto Halo se podría entender como una primera impresión de alguien, ya sea positiva o negativa. Es un sesgo cognitivo que consiste en realizar una generalización errónea debido a características generales que se les son atribuidas.
Este término fue acuñado por Edward Thorndike, un pedagogo y psicólogo estadounidense, en un artículo del año 1920 conocido como “El error constante en las calificaciones psicológicas”, en él habla de un experimento donde oficiales del ejército tenían que calificar cualidades de los soldados con el objetivo de ver si había correlación.
Es un proceso inconsciente donde se juzga de manera subjetiva y se anula nuestra capacidad racional de juicio. Una de las explicaciones de este efecto podría ser la necesidad que tenemos de clasificar y ordenar a las personas. También nuestro cerebro requiere saber qué es aquello que lo rodea, de quién puedes fiarte, quién podría ser una mala persona y por ello, simplemente con una característica clasificamos a las personas.
Muchas veces el efecto halo se ve muy reflejado en el modo en el que vemos a los famosos, al ser personas con las que no mantenemos una relación cercana, tendemos a verles de un modo que realmente no son solamente por lo que vemos a través de las redes y de internet.
Un experimento realizado por los sociólogos Nisbett y Willson consistió en enseñar un vídeo de un profesor a dos grupos de alumnos distintos de la Universidad de Michigan. La diferencia era que en un video el profesor tenía una actitud más amable y cordial, en cambio, en el otro vídeo, tenía una actitud autoritaria y exigente. Los resultados de este experimento demostraron que el aspecto físico variaba dependiendo de la actitud. En el primer vídeo lo describen como alguien simpático y atractivo, y en el segundo vídeo las opiniones eran totalmente opuestas, describiéndolo con adjetivos poco agradables.
El efecto halo, destaca bastante en el ámbito publicitario, es decir, a la hora de crear una imagen de marca y al elaborar estrategias de marketing y publicidad. Gracias a este efecto, los expertos del marketing se han beneficiado de sus marcas.
Para crear una primera impresión positiva en cuanto a el efecto Halo en el ámbito publicitario, de marcas y estrategias, la clave está en dar un buen uso a la belleza y partiendo de ello tomar influencia de famosos, ya que algunos pueden ser de gran influencia para un segmento y estos, aumentar su fiabilidad con la marca. Dar un buen uso a la belleza es la estrategia preferida puesto que es con la que más resultados rentables se obtienen. Cuando una persona atractiva es la imagen de tu marca, el valor del producto aumenta a grandes escalas. Ya que al ver una o varias personas atractivas en un anuncio publicitario, las personas dejan de lado sus facultades racionales, es decir, su criterio, y compran por impulso ya que aceptan automáticamente que “lo que es bonito es bueno”. Esto quiere decir que trasladan al producto las características que construyen la belleza del modelo. Como consecuencia de ello, han surgido respuestas negativas creando la comparación social y los estereotipos de belleza.
Comentarios
Publicar un comentario