La atención es un mecanismo evolutivo que regula y distribuye nuestros escasos recursos cognitivos. Esta capacidad se encarga de mantener un nivel de activación adecuado para procesar toda aquella información que nos es relevante. Este proceso es clave para el funcionamiento óptimo de las personas y es muy difícil de conseguir, ya que la capacidad de atención de las personas es bastante limitada. Pueden cambiar muchas cosas en nuestro entorno sin darnos cuenta. No lo notamos porque nuestra atención no lo nota. Este fenómeno se denomina ceguera por desatención: hay cosas que cambian, pero no nos damos cuenta porque no estamos prestando atención. Asimismo, está la ilusión de atención, que se produce cuando perdemos un momento de cambio a nuestro alrededor pero en ningún momento lo sospechamos ni nos damos cuenta. Todo esto se debe a que tendemos a pensar que tenemos la ilusión de que nuestra atención es mucho más eficaz. El criterio que usamos para captar nuestra atención es la vigilancia perceptual, una tendencia centrada en prestar atención a aquellos estímulos que nos interesan. Nuestra atención puede producirse de manera voluntaria o involuntaria. Por un lado, está la atención que surge de manera voluntaria cuando la propia persona es capaz de poner sus recursos mentales en algo, esto también se denomina atención endógena. Se caracteriza por ser una atención lenta, controlada, activa y consciente. Por otro lado, está la atención involuntaria o exógena, caracterizada por producirse de manera rápida, automática e inconsciente. Esta acción tiene lugar cuando la atención toma el control y es dirigida por el estímulo. Por ejemplo, cuando nuestra atención es captada por un rayo repentino que ilumina todo el cielo, sería una atención exógena; en cambio, cuando uno mismo mira el cielo para ver las estrellas se trataría de una atención endógena, ya que es el propio individuo quien dirige y toma el control de la acción.
El efecto cóctel, que también recibe el nombre de atención selectiva, está muy relacionado con lo explicado anteriormente sobre la atención. Es un fenómeno que consiste en enfocar la atención en aquellos estímulos que nos interesan, y eliminar el resto de estímulos que no son importantes o que pueden llegar a distraernos. Esto ocurre mucho cuando estamos en lugares con mucha gente; por ejemplo, en una discoteca cuando estás hablando con alguien y hay mucho ruido de fondo, pero aún así lográis mantener una conversación. Gracias a este fenómeno, somos capaces de diferenciar la voz de la persona con la que estamos manteniendo un diálogo de la del resto de personas que habitan en el mismo espacio. Otro ejemplo, sería cuando se menciona una palabra que nos resulta importante o cuando nos llaman por nuestro nombre.
Se han realizado múltiples investigaciones para poder entender y averiguar cuales son las bases neurológicas del efecto cóctel. Este efecto tiene una gran ventaja ya que nos permite distinguir entre entre los estímulos sonoros que nos interesan de aquellos que pueden ejercer como distractores. Debido a esta gran ventaja, se sabe que tiene que estar vinculado a algún mecanismo del nivel cerebral para poder explicar este suceso. La atención auditiva ocurre en el giro temporal superior del hemisferio derecho, en donde se encuentra la corteza auditiva primaria. En nuestro cerebro existe una completa red neuronal que se encuentra implicada en el proceso de localizar sonidos ambientales. Esta red neuronal consiste en el giro frontal inferior, el surco parietal superior y el surco intraparietal. Todas estas áreas se ven implicadas en el funcionamiento del cambio atencional, el procesamiento del habla y en el control de la atención. El efecto cóctel solamente funciona si se dispone de la funcionalidad de sus dos oídos. Es decir, únicamente es posible bajo las condiciones de una audición binaural y funcional buenas. El disponer de los dos oídos nos permite poder situar hasta dos fuentes de sonido de una forma agradable y exitosa, además de poder atribuirles distancia y propiedades acústicas.
Debido a que el efecto cóctel solo es posible si se dispone de una audición binaural, es decir, que los dos oídos estén en buena disposición, aquellas personas que padecen de sordera o de alguna pérdida sonora por algún oído, les será mucho más difícil poder reconocer y localizar estas fuentes sonoras. Además de también dificultarles la distinción entre entre lo que le está diciendo la persona con la que está manteniendo una conversación con los sonidos que existen de fondo. Es por estos motivos que las personas que tienen afectado algún oído les supone más esfuerzo poder distinguir el ruido de fondo. Se distraen con mucha más facilidad por ruidos que puedan haber en el ambiente, además de no escuchar de forma grata la conversación que está manteniendo. Es por ello que suelen encontrarse muy frustrados si se dan situaciones en las que se mantienen múltiples conversaciones al mismo tiempo. Se les dificulta prestar atención al estímulo verdaderamente quieren escuchar.
La atención consta de 3 teorías: En primer lugar el modelo de pertinencia según Norman. En este modelo se propone un modelo de atención selectiva en el que después del procesamiento en paralelo de la información entrante, se analiza y se compara esta información con las representaciones almacenadas en la memoria, de manera que se sugiere un proceso de reconocimiento. Es decir, los estímulos que llegan del exterior que van a los órganos sensoriales pasan a almacenarse en la memoria sensorial, donde son procesados y analizados en el sistema analizador. De esta manera la comparación o emparejamiento entre las representaciones activadas, será la elegida por el filtro el cual recoge los estímulos analizados y evaluados previamente. El estímulo elegido será el de interés y el que es percibido conscientemente por el sujeto.
Seguidamente está la teoría de la atención como sistema de control según Tudela. En esta teoría se caracteriza a la atención como un mecanismo central de capacidad limitada, que tiene la función de controlar y orientar la actividad consciente del organismo de acuerdo a un objetivo. Por último, la teoría atencional de Posner y Petersen. Esta se basa en que determinadas áreas, se encargan de las fuentes y origen de la atención, sin embargo, hay otras sobre las que actúan los procesos atencionales de forma particular.
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